El Akerlei visitaba por primera vez “La Kubitera” y no pudimos ser
peor anfitrión. Pero en lugar de tener la casa sin barrer, les recibimos con un
campo impracticable. La condensación sobre el sintético lo convertía más en una
pista de patinaje que en un campo de fútbol-sala, y las goteras, junto con el agua
que entra por las ranuras de los cristales era la gota que colmaba el vaso
(nunca mejor dicho). Un aplauso para el diseñador del Polideportivo, que nos puso una cristalera si sellar que
queda tan bonita como los moratones que se llevaron la mitad de los jugadores
de cada equipo.
Por si fuera poco, los visitantes decidieron traerse desde Ermua
la “torrija” que llevó el Goiztiri en el partido de ida y soltarla en el campo
para que la volviéramos a coger con el mismo ansia que coges algo que recuperas
pensando que lo habías perdido.
Lo cierto es que esa “torrija” fue de absorción lenta, porque con
sus “más” y sus “menos”, los locales dominaron la primera parte, por lo menos
en el marcador. Al descanso se llegó con un 4-2. Pudieron ser más los encajados
de no ser por David, que tuvo que volver a ponerse de faena para salvar a su
equipo. También pudieron ser menos los marcados de no ser por Jon, que también
se remangó para anotar 4 de los 7 goles que acabaría marcando su equipo.
La segunda parte fue la locura total. Y si éramos pocos, parió la
abuela. Un señor vestido de negro y amarillo, cogió un silbato que se encontró
de camino al Polideportivo y decidió pasarse el reglamento por el forro de los…
La situación le sobrepuso y no supo controlar un partido lleno de tensión (la
habitual en un equipo que se juega el campeonato). Alegando que todas sus
decisiones estaban condicionadas a la reacción de la grada (padres de los
juveniles en su mayoría), no entiendo cómo un árbitro puede admitir que te está
robando el partido en la cara y exculparse en el comportamiento de una afición
libre (y respetuosa) durante la historia del Club. En fin, que se pasó el
reglamento por el forro de los cojones, ahora sí.
En lo deportivo se pasó de un 4-2 a un 5-4 en un abrir y cerrar de
ojos. Y del mismo modo, el Goiztiri no puede exculparse en las decisiones de un
árbitro, más aún cuando es capaz de tener el control del juego y no pasar
apuros. Tocó sufrir y más de uno se frotaba las manos desde fuera, pues una
derrota volvería a significar movimientos en los primeros puestos.
Portero-jugador y a rezar. Una vez más, y por suerte, nos salió
bien. Tras el empate se siguió atacando de 5. Jon cerró su cuarteto personal y
con uno arriba, Mikel puso la ventaja.
El Goiztiri coge aire y sale airoso de la 15ª jornada dispuestos a
aprender de los errores cometidos en su próximo enfrentamiento contra el
Iturriondo-Zurbaranbarri.
Esta semana los puntos del Trofeo Regularidad son para:
David 3 puntos // Jon 2 puntos // Pibe 1 punto
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